Ropa hecha de cáscaras de fruta o restos de pescado: el potencial de tu basura para la moda
De las cáscaras de la naranja o de la piña se pueden producir biomateriales con un gran potencial para la industria de la moda
Es de sobra conocido que la industria textil es la segunda más contaminante del planeta. Este puesto en el ranking ha hecho que muchas empresas traten de dar una respuesta sostenible,reduciendo su producción y apostando por buscar una nueva manera de producir los tejidos, en la que la utilización de deshechos, juega un papel importante. Sí, nuestra basura, ahí donde la ves, es un gran activo.
En los últimos tiempos, la revolución de los tejidos inteligentes ha permitido la creación de prendas que aportan, no solo abrigo, sino también una mejora del rendimiento en diferentes entornos y actividades. De hecho, los sectores militar y aeroespacial, siempre han ido un paso por delante en la investigación de tejidos que, posteriormente, han servido a la industria textil de gran consumo.
Sin embargo, hasta ahora, la innovación en los tejidos no contemplaba la sostenibilidad y el cuidado medioambiental. Sin embargo, la elección de los mismos, determina en gran medida la sostenibilidad de una prenda. Actualmente, tanto diseñadores como científicos están yendo más allá aplicando su expertise a favor de la creación de fibras cuyo proceso productivo sea respetuoso con el entorno.
El resultado: textiles que no son sólo originales, ya que ofrecen una nueva estética y textura, sino que además, en algunos casos, proceden de deshechos y son biodegradables, lo que les convierte en alternativas que van ganando terreno.
Biomateriales para fabricar ropa sostenible
Algunos de estos biomateriales salen directamente de nuestro cubo de basura ya que cada vez se producen más materiales utilizando componentes que incluyen desde deshechos de la industria alimenticia hasta botellas recicladas.
Cáscara de piña
A partir de este residuo se crea la fibra de piña. El nombre comercial con el que se suele denominar esta fibra es Piñatex y fue desarrollada por una doctora española, Carmen Hijosa, como alternativa de cuero natural hecha de fibras de celulosa extraídas de hojas de piña, PLA (ácido poliláctico) y resina a base de petróleo. El material resultante destaca por ser fuerte, flexible, transpirable, suave y que permite la personalización, es decir, labrar su superficie para conseguir diferentes efectos. Y es que hay cáscaras que, además de tener interesantes propiedades nutricionales, también las tienen estéticas.
Cáscaras de naranja
Las cáscaras de las naranjas son un subproducto que generaba 700.000 toneladas al año de desechos cítricos en Italia, pero que en la actualidad son transformados en hilaturas a través un procedimiento sostenible, gracias a dos italianas que están detrás de Orange Fiber. El proceso de creación es totalmente ecológico porque reutiliza el desperdicio y ahorra tierra, agua, fertilizantes y contaminación ambiental, y el tejido resultante, además de suave y flexible, es totalmente innovador porque libera sobre la piel vitamina C.
Posos de café
Una empresa taiwanesa está detrás de esta innovación que supone crear hilo a través de la combinación del polvo de café procesado con polímeros. Las telas hechas con fibra de café ofrecen excelentes cualidades naturales anti olor, además de protección contra rayos UV y un tiempo de secado rápido. De esta manera se da una segunda vida a los granos de café que de otro modo habrían terminado en la basura.
Nuestra basura da mucho de sí y eso también lo sabe la industria de la marroquinería, que se ha enfocado, por motivos económicos y ecológicos, en la fabricación de productos con animales destinados al consumo humano.
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Piel de pescado
Las pieles de pescado de consumo alimenticio son un auténtico filón ya que son un subproducto de la industria de la pesca y provienen de peces capturados para la producción de alimentos. Una vez que la industria alimenticia aparta los cueros de los pescados, se tratan con procedimientos ecológicos para poder utilizarlos en la creación de diferentes accesorios.
La piel del salmón, con un grosor de 0,5 milímetros, sirve para la confección de uno de los cueros más usados en la industria. El resultado, es similar a la piel de serpiente pero su tacto es más fino y más resistente. Otras especies utilizadas son la lubina, la raya, el tiburón (cuyo cuero es especialmente resistente) y en menor medida, el esturión y la anguila.
Lo mismo pasa con los envases de plástico que acaban, con suerte en el contenedor amarillo, pero en peor de los casos arrojados al mar.
Botellas de plástico y redes de pesca
El plástico es un material de origen sintético utilizado hoy en día de forma masiva. Con el reciclado de este material se contribuye a un menor consumo de recursos naturales y a la limpieza de nuestro planeta. Los productos recogidos, en su mayor parte botellas y redes de pesca, son limpiados y reducidos hasta crear nuevamente hilo con el que crear prendas de ropa. En el mercado existen grandes marcas que utilizan este material, aunque lo ideal es utilizarlo en prendas que no estén en contacto directo con la piel.
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