Coco Chanel: ‘Nunca he dicho la verdad ni al confesor’
Coco Chanel fue un auténtico icono revolucionario de la moda, consecuencia de lo cual generó una fortuna económica que aún perdura porque su firma va acompañada del glamour y la elegancia necesaria que han sabido continuar talentos considerados por la crítica mundial, como Karl Lagerfeld, en los años ochenta del siglo pasado.
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Coco Chanel intentó ocultar que nació rodeada de pobreza
Coco Chanel nació en un hospicio de Saumur, en Francia, en el año 1883. Y son tantas las versiones que la propia Chanel contó en vida a propósito de este avatar, que resulta complicado conocer la verdadera historia.
Según una de sus múltiples versiones, el padre se encontraba lejos del cuidado de la madre, debido a sus ocupaciones.
Ella decía que era criador de caballos, cuando en realidad, y en esto no parece haber duda, mercadeaba con vino y ropa de ínfima calidad, lejos de las creaciones que su hija, mucho tiempo después, idearía.
En el momento del parto, a la madre la condujeron al hospicio.
La fascinante vida de Coco Chanel
Al nacer, la niña, recibió el nombre de la monja que atendió el nacimiento: Gabrielle. Fue en el hospicio donde le añadieron por error la «s» del apellido.
En otra de las fabulaciones de Coco, contada a un amigo íntimo, su madre dio a luz en los vagones de un tren que le conducía a Saumur.
«¡Yo nunca he dicho la verdad ni al confesor!»
En cualquier caso, una de las frases recurrentes que se atribuyen a Coco Chanel es: «¡Yo nunca he dicho la verdad ni al confesor!» Por lo que tanta preocupación por ocultar sus raíces solo ha contribuido a que sus biógrafos intenten recuperar la verdadera historia de su infancia, algo que no consideraba secundario quizás porque su niñez fue realmente desgraciada.
La madre murió a los 32 años, después de tener cinco hijos y el padre abandonó a la familia tras el suceso que, como habitualmente, le sorprendió mientras viajaba intentando hacer negocios.
Por este motivo, Coco Chanel, junto a sus hermanos, pasó los siguientes años en un orfanato, del que salió cuando cumplió los dieciocho: edad en la que si se quedaba allí, se haría novicia.
Tras estar una breve temporada en Paris, recala en Moulins, donde comienza a trabajar para un fabricante de canastillas de bebé.
Se inicia en el mundo de la música sin demasiado éxito. Del estribillo de una canción («Qui a vu Coco dans l´Trocadero) escogió su apodo.
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El inicio de su carrera comienza una vez que se ha instalado de nuevo en Paris, con el que sería su compañero Etienne Balsan y comienza a trabajar con Lucienne Rabaté, uno de los más prestigiosos modistos de la época. En 1909 abre una sombrerería en Paris que ya lleva en la puerta el letrero «Chanel«.
El primer salón de moda de Coco Chanel
En 1912, con la ayuda de Alfred Capel, inaugura un salón de moda y, al año siguiente, abre una boutique ya fuera de la capital francesa.
Coco Chanel consigue atraer a personalidades de la alta sociedad que durante la Primera Guerra Mundial se había concentrado en las estaciones termales donde, de forma hábil, Chanel tenía sus establecimientos.
La reconversión del vestuario masculino como clave del éxito
Durante estos años comienza a explorar nuevas posibilidades para sus prendas, como utilizar el punto, antes solo reservado para la ropa interior. Es, tras la guerra, cuando a Coco Chanel le llega el éxito, basado en la reconversión de prendas, más que en la pura invención.
Observando a su amigo, el Gran Duque Dimitri, primo del Zar ruso, crea trajes de corte eslavo o, copiando y adaptando para la vestimenta femenina el jersey de lana, la boina marinera o el chaleco de tweed, de su también amigo, el duque de Westminster, considerado el hombre más rico de Inglaterra.
Chanel utiliza la imaginación y una forma de hacer distinta que se refleja por ejemplo en sus trajes deportivos: «es decir, vestidos para llevar puestos mientras se contempla a los demás hacer deporte».
Pese a las críticas sobre su estilo, la llegaron a acusar de querer transformar a las damas en telegrafistas subalimentadas, Coco Chanel impuso la moda del cabello corto para las mujeres, dando una idea de practicidad.
Coco Chanel generaliza el uso del pantalón en la moda femenina, extiende el uso de la falda plisada corta e introduce los simples bolsillos en el traje de chaqueta y el negro como color para vestidos cortos. El negro antes sólo estaba reservado para el luto. Por último crea una prenda, copiada pronto por todas las firmas: el traje ajustado, sin cuello, con manga larga y sin puños. Chanel también destacó por sus perfumes y por el uso de bisutería abundante.
A pesar de que se codeó con grandes artistas y personalidades de su tiempo, según cuentan algunos cronistas de la época, al final de sus días era habitual encontrar a Coco Chanel en algún cementerio, junto a las tumbas, hablándole a los muertos.
Algo que hacía cuando era niña, cuando vivía rodeada de «personas insensibles» y encontraba un extraño consuelo al imaginar que entablaba monólogos con los muertos de un cementerio próximo a su hogar.
De muy niña, llevaba cualquier objeto que encontrara y lo esparcía alrededor de las tumbas. «Un día mi familia se dio cuenta de la desaparición de objetos, por lo que optó por encerrarlo todo bajo llave y como entonces ya no pude llevar más cosas a mis muertos, me olvidé de ellos«.
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Sígueme en Twitter >> Un artículo de José Carlos Bermejo