Alta tensión vs. Música en Libertad: clásicos rivales de la tele de los '70
Esta es la historia de cómo el mercado de la música dirimía sus diferencias en la televisión, a través de dos programas que hoy tienen características de históricos: Alta Tensión y Música en Libertad.
Hacia mediados de la década del sesenta dos grandes compañías discográficas multinacionales dominaban las ventas de long-plays y cassettes en la Argentina. Una era RCA (o la RCA Víktor, como se la conocía entre los propios artistas y musicalizadores de radio) cuyo edificio y estudios ocupaban una manzana entera en la calle Paroissien, en Parque Saavedra. La otra era CBS, o la CBS Columbia, que desde la calle Emilio Mitre se erigía en rival de ventas y artistas y producto. Detrás de ellas corría, en un cómodo tercer lugar, la EMI Odeón, por entonces emplazada en Barrancas de Belgrano. Eran épocas donde para obtener el famoso y codiciado Disco de oro era necesario vender 100 mil unidades de un tema.
Los grandes vendedores de la época ya habían quedado un poco atrás. Verdaderos ídolos populares como Palito Ortega, Sandro, Leonardo Favio y el santiagueño Leo Dan habían conocido la cúspide, y ahora se encontraban en una plácida meseta. Es decir: seguían vendiendo discos y conquistando mercados en toda América, pero al mismo tiempo el público local comenzaba a buscar otra cosa. Artistas más jóvenes que los representaran no sólo desde lo musical, sino también desde la moda, el baile e incluso el lenguaje.
Cuando comienza la década del setenta algún gerente artístico de esas compañías decide que es momento de repetir el furor y el fulgor que habían conocido unos cuantos años antes de la mano de El Club del Clan. Este era un programa televisivo que reunía a jóvenes cantantes que grababan éxitos pop y que habían salido de la cantera de un peculiar directivo de la RCA, el ecuatoriano Ricardo Mejía. Palito Ortega, Johnny Tedesco, Jolly Land, Violeta Rivas, Perico Gómez eran sólo algunas de sus estrellas.
Volvamos a los años setenta. Reunión operativa y un gerente artístico que amenaza a su tropa de marketing porque las ventas se están cayendo. ¿Qué hacemos entonces?. Fácil: repetir la fórmula del éxito. Si funcionó una vez… La juventud de los '70 ya no es la misma que la de los '60, obviamente. Nuevos jóvenes requieren de nuevos ídolos. Aquella vieja idea de Mejía se reformula, se maquilla, se le hace un lifting y luego de un estudio de mercado se determina que los próximos ídolos del pueblo joven deben ser chicas y muchachos de barrio que impongan moda casi sin quererlo.
Los incipientes pioneros del rock como Manal, Almendra, Los Gatos y Vox Dei, no quieren saber nada, se resisten a la idea de ser utilizados a tales fines. Esos roqueritos de pelo largo son unos inadaptados sociales, inmanejables e indomables. ¿Y entonces? Entonces inventamos un nuevo staff de chicas y chicos. Más obedientes, más pulcros y limpitos, que obedezcan a pie juntillas el plan de reconquista. Esa es la estrategia de las compañías. Volver a realizar lo que hoy se conoce como un joint-venture, y unir fuerzas con distintos canales de televisión, la gran vidriera popular de esa época.
Y aquí es donde aparece un nuevo programa televisivo dirigido a la siguiente generación de fans.
"Nosotros con Música en Libertad fuimos los primeros, porque Alta Tensión empezó un año después –asegura Raúl Padovani, que cantaba en Música...-. Éramos los únicos que salíamos al aire todos los días de la semana. Después vino Alta Tensión, y después de ellos llegó Voltops, que era de la CBS Columbia y ahí bailaba por ejemplo Cris Morena. El productor era Gustavo Yankelevich, ahí se conocieron con Cris. Tenias más tarde Tip Top, y Los Fabulosos Veinte, que conducía Juan Alberto Badía. Todos esos iban una sola vez por semana. Así que nosotros éramos la diferencia. Ellos iban los fines de semana donde la audiencia bajaba. También teníamos otra ventaja: nosotros pasábamos música de todas las compañías discográficas. Alta Tensión era de RCA Viktor, Voltops era de la CBS. Los de Canal 11 los publicaba el sello Music Hall. En ese momento cada compañía discográfica tenía su propio programa juvenil en un canal distinto.
El sistema elegido por Música en Libertad, apuesta del visionario Alejandro Romay para marcar diferencias, era que montaban unas grandes fotografías de los artistas reales que cantaban esos temas originalmente. Pero como por supuesto no los tenían en el piso, lo que hacían era rodear esa fotografía con los chicos y chicas del elenco, aunque con un pequeño truco: la cámara les “esfumaba” los rostros. Una cosa bastante bizarra.
"Al principio salía distorsionada la imagen, como fuera de foco -continúa Padovani-. Eso era a propósito, para que no se supiera que los que cantaban no eran los originales sino nosotros. Ponían una cámara de tres cuartos de perfil, ponían una foto del cantante y nosotros atrás medio difusos que no se nos veía la cara. Había una telefonista que cuando empezó el programa la llamaban y le dejaban bolsas de puteadas, imagínate. Anunciaban 'ahora Frank Sinatra va a hacer tal tema' y aparecíamos nosotros! Hasta que la gente se fue acostumbrando y ahí quedó el elenco fijo.
Nada para extrañarse viniendo de Romay, quien unos años antes había anunciado con bombos y platillos la llegada de Los Beatles a la Argentina. Pero lo que apareció en su lugar fue un engendro llamado The American Beetles. Aunque esa es otra historia.
"Yo era de Avellaneda, pero mi papá tenia unos negocios en Wilde. Ahí trabajaba Sarita Pristipino, que era asistente de Alfredo Gago, productor de Grandes Valores del Tango. Cuando viene este productor argentino que vivía en Chile, Raisman, no tenían donde ponerlo y lo ponen en la oficina de Grandes Valores. Este hombre le preguntó a Sarita si ella conocía a chicos que más o menos se vieran bien para el programa que iba a armar. Así que ella me avisó y yo fui, entré a la oficina, salió este hombre, me miró, me dio un disco y me dijo “¿vos te animas a hacer mímica?”. ¿Sabes qué? Yo tenia veinte años, me sentía El hombre del Rifle. Era un martes y me dice “grabamos el jueves”. Fui a mi casa con el disco, era un tema de Pedro y Pablo, Yo vivo en esta ciudad y yo lo hice con otro pibe. Hacíamos un dúo. Y ahí ya quedé adentro", recuerda Padovani.
La idea de Música en Libertad se la había presentado a Romay un periodista y productor argentino de nombre David Raisman, que venía de trabajar en el gran éxito televisivo de Chile, Sábados Gigantes, conducido por Don Francisco. Al principio se había pensado en un formato radial, que iba a ser emitido por Radio Libertad (también propiedad de Romay, luego expropiada por la dictadura de Onganía y que pasaría a llamarse Radio del Plata). De ahí el nombre que le iba a quedar cuando se decidió que lo mejor era un programa de televisión. Música en Libertad comenzó con un elenco enorme, como de cuarenta jóvenes que bailaban y simulaban cantar, pero luego hubo una reducción y sólo quedaron diez chicas (bautizadas como “Las Margaritas”) y diez chicos (“Los Cactus”). El envío comienza a cobrar tanto vuelo que por supuesto le aparece la “competencia” bajo el título de Alta Tensión, una creación de Carlos Ileana que a partir de 1971 pone al aire el Canal 13. Una de las caras visibles de esa escudería era Rubén Mattos, que tiene en su haber dos enormes hits: Salta pequeña langosta (que aún se canta, con otras letras, en las canchas de fútbol).
"No había drogas, ni siquiera te incentivaban para meterte en eso -recuerda Mattos-. Era otra época, otro ambiente. Lo más que hacíamos con los chicos era tomarnos nuestros tragos, por ahí un whisky. Nos íbamos a ese local Establo, que estaba de moda. Era por barrio norte, a media cuadra de Santa Fe, Un boliche chiquitito, pero ahí paraban Mostaza Merlo, el Bambino Veira, Coco Basile, y después todos nosotros, los jóvenes".
Mattos se entusiasma con el relato como si todo eso hubiera sucedido ayer. Pero no. Pasó hace cincuenta años. Rubén establece diferencias sustanciales y fundamentales entre ambos programas. A ver…
"Claro, porque nosotros a diferencia de Música en Libertad cantábamos y hacíamos coreografías, y ellos hacían fonomímica. Igual, era terrible el rating de los dos programas. Eran programas que marcaban la moda de la época, en cuanto a la ropa, y también a los lugares donde había que ir. Los adolescentes alucinaban, los chicos chiquitos ni te digo. Se pegaban al televisor y se aprendían los pasos. Yo trabajaba en Bagley, la fábrica de galletitas. Y era programador y operador de computadoras. En la primera prueba no quedé, pero quedé en la segunda. Entré con Maria Laura Vilariño, que hoy es la vestuarista de Marcelo Tinelli, como compañeros de baile. Ella era una beba, quince o dieciséis años, acompañada por su madre, yo tenia diecinueve. Así empezamos en Canal 13, ahí hacíamos los ensayos y salíamos los sábados al mediodía antes de Pipo Mancera y sus Sábados Circulares. Tuvimos tanto éxito que después nos pasaron todos los días a las seis de la tarde.
Padovani se saca chispas con Mattos en esto de recordar y ver cuál programa lideraba.
"Primero empezaron Liliana Caldini con Charly LeRoy -recuerda Padovani-, conduciendo el Sótano Beat, en Canal 13, después vinimos a la saga nosotros, los de Música en Libertad, un año después o algo así. El programa duraba una hora, ensayábamos tres días a la semana, lunes, miércoles y viernes, el sábado salía el programa. Llegaban los temas nuevos que quería difundir la discográfica y por ahí hacíamos algún paso de comedia, por ejemplo cuando salió La balada de Sacco y Vanzetti, hacíamos como que actuábamos, o Candilejas lo bailaba una chica. Era una cosa coreográfica, tratábamos de divertirnos y divertir. Los chicos hacían los pasos que estaban de moda en los boliches, Pasaron por ahí todos los artistas de la RCA Viktor, desde Tormenta, Palito, Katunga, Juan y Juan, Heleno, un montón.
Otro de los “Cactus” que se volvió famoso en el programa del 9 fue Cristian Andrade, quien se encuentra viviendo en Perú desde hace unos treinta años: "Con Padovani somos amigos desde chicos. El estaba de novio con Maria Esther Pazos, una de las chicas del programa. Y ella tenia una prima que era secretaria de gerencia de canal 9. Le avisó del programa y fue con Raúl y ellos quedaron. Eran como cuarenta en ese momento, rotaban. A los pocos días decidieron hacer un nuevo casting porque se iban a quedar sólo con veinte y Raúl me dice que me presente. Y yo le contesto: '¡Pero escúchame, no me voy a poner a bailar como un boludo!'. Entonces me dice “pagan setenta y dos mil pesos”, que era un montón de plata para nosotros que éramos chicos. Por suerte me tomaron. Nos pararon en el estudio, ponían música y nos hacían bailar un poco, ahí se me acerco el productor Raisman y me dijo “vos quedas”.
Entre los veinte elegidos y además de Padovani y Andrade, se encontraban Silvana Di Lorenzo y María Esther Lovero (quien vive desde hace años en los Estados Unidos). Tanto alucinaban los más chicos que Música en Libertad llegó a tener su edición infantil, conducida por Liliana “Conejito” Aquino, una de las chicas del staff adulto.
"En un momento empezamos a hacer exteriores –cuenta Padovani-. Y a trabajar en otros programas que había en el canal. Domingos para mi Ciudad, Sábados de la Bondad, con Héctor Coire. Despues vinieron todos lo demás, pero nosotros fuimos el comienzo de esa fiebre. Se formaban parejas en el elenco. Nos poníamos de novios, antes había que ponerse de novio. Aparte la mama de las chicas las acompañaban a las grabaciones, había que tener cuidado La figura femenina insoslayable en ese momento se llamaba Liliana Maturano. Aunque todos la conocían como Tormenta.
"Yo debuté en Sótano Beat y después pasé por Sábados Circulares y Casino Philips -rememora Tormenta-. Era una época muy musical de la televisión. Hasta que un día fui como invitada a Música en Libertad, a pesar de que ya era parte de Alta Tensión. En esa época se vendían muchísimos discos, y las compañías ganaban tanto dinero que invertían en la televisión. La RCA hacia estos programas para después sacar los long plays de colores y todos fueron grandes éxitos, todos Discos de Oro".
- Vos fuiste una especie de pionera no sólo en la música beat sino también en cuestiones de moda.
- Si, porque eran los '70, donde hubo grandes cambios para la mujer, Nosotras nos atrevimos primero a la minifalda y luego a los mini shorts. Los chicos se atrevían al pelo largo. Ahí comenzaron muchos cambios que fueron importantes. Cambios en las costumbres y en la moda. Yo salía de gira, pero individual, como solista. Giras y mucho trabajo, fue una época de abundancia para los artistas de la música. Una época tan fuerte que se generaron éxitos y clásicos que hasta el día de hoy se siguen escuchando. Acá y en toda Latinoamérica".
Y sigue: "Mis compañeros en esos programas eran Donald, Rubén Mattos, Fernando de Madariaga... En Sótano Beat estaba La Joven Guardia, Almendra, Manal, Conexión 5 con Carlos Bisso, Bárbara y Dick. Hasta Palito Ortega venía a Alta Tensión.
Padovani asegura que aquel asunto de la rivalidad entre los programas (casi un verdadero Boca-River televisivo) eran puros inventos. Como también lo fue la clasificación de la música en aquel momento: progresivos por un lado (el rock) y comerciales por el otro (el pop).
"Al año y monedas me hice solista y saqué el primer tema. Un tema de Palito Ortega, Una noche excepcional -continúa Padovani-. Yo siempre lo cargo y le digo “Negro, si sabías lo que iba a vender ese tema no me lo dabas”. Nosotros éramos subestimados y nos decían “comerciales”. Ahora, con el tiempo... Yo desde hace treinta años laburo en producción de shows e hice muchas producciones de rock, incluso soy amigo de músicos como Lito Epumer. Le digo “Lito, nunca nos dimos cuenta de que estábamos adentro de la misma caja de zapatos, unos para un lado y otros para el otro, pero todos en la misma caja”. Algunos periodistas y locutores inventaron esa grieta. Pero era todo por plata y la conveniencia.
Alta Tensión comenzó siendo conducido por Leo Rivas y Graciela Zito, y se emitió por primera vez el primero de abril de 1971. Pero luego de dos meses en el aire, el nuevo conductor pasó a ser un joven Fernando Bravo. Al principio salía al aire los sábados a la 1 del mediodía, pero ante el éxito obtenido pasó a verse todos los días de lunes a viernes. Música en Libertad, en cambio, tenía una joven y desconocida pareja de conductores recién egresados del ISER (Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica): Maisabé y Leonardo Simons. Este último iba a terminar con su vida de manera trágica veinticinco años mas tarde, arrojándose al vacío desde su oficina en un piso trece. Cosas inexplicables de la vida.
Cristian Andrade recuerda: "Romay nos hizo conocidos, nos hizo crecer. Entonces un día aparece Nicolás Mancera y nos quiere contratar para llevarnos a Canal 13. A Romay le agarró un ataque. Nos llamó, fuimos al canal y nos encerró en una oficina literalmente. Nos separó a Padovani y a mi y ahí nos ofreció un fangote de guita y yo firmé. Después mi viejo me quería matar, porque yo era menor y mi viejo había firmado por mi lo de Mancera. Pero era tanta guita…Y ahí mismo Romay me hace debutar como actor en Alta Comedia, que era lo máximo. Hice del hijo de Mata Hari, Yo nunca había actuado. ¡Éramos todos unos caraduras, nunca habíamos hecho nada! La protagonista iba a ser Nélida Lobato y cuando le dijeron que yo iba a ser el hijo ella no quiso hacerlo, porque dijo que era muy joven para hacer de mi mamá. Y lo hizo Silvia Montanari.
Andrade asegura que no volvería a pasar por todo aquel tinglado de la fama. Escuchando sus anécdotas se entiende bien el por qué.
"Nos desbordó a todos. Vivíamos casi encerrados. Yo me acuerdo que unos periodistas de la revista Antena me dijeron “'te vamos a hacer una nota, la idea es ir a la salida de un colegio de mujeres a ver cómo reaccionan'. Y yo con toda mi inocencia les dije 'ustedes están locos, nos van a matar'. 'Dale no seas agrandado, no seas fanfarrón'. Fuimos a ese colegio en Flores y cuando me vieron se armó un despelote tan grande que tuvimos que salir todos corriendo, nos metimos en una peluquería de mujeres, las chicas rompieron las vidrieras de la peluquería y los periodistas no lo podían creer. Ese era el furor que se vivía con esos dos programas".
WD
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