Marsha P. Johnson, la activista trans que inspiró la celebración del orgullo LGBT
Veterana de Stonewall, intérprete, mendiga, prostituta y modelo de Andy Warhol, así definen algunos a Marsha P. Johnson desde el comienzo de su lucha a partir de aquel 28 de junio de 1969 durante los disturbios en Stonewall. Aquella noche, en el bar que le pertenecía a la mafia, ubicado en el barrio Greenwich Village de Nueva York, gays, lesbianas, trans, bisexuales y Drag Queens, fueron víctimas de una redada. A partir de entonces, luego de haber enfrentado a la policía y ser partícipe de las manifestaciones que surgieron los días siguientes, Marsha se convirtió en una referente del movimiento de liberación LGBT.
“Marsha Johnson, reina del Village. Una de las grandes, es una de las personas más valientes del mundo. Siempre quise travestirme y nunca tuve el coraje. Ella es una de las que tuvo coraje y lo felicito, la felicito, o lo que quiera ser. Y no solo eso, no le importa si usa ropa de hombre o de mujer, ¿verdad? Es libre”, se escucha decir a un hombre mientras la abraza en una grabación presentada en el documental de Netflix dirigido por David France en 2017, La muerte y la vida de Marsha P. Johnson. “Marsha Johnson es nuestra reina por siempre”, concluyó.
Nació el 24 de agosto de 1945 en Nueva Jersey, Estados Unidos. A los cinco años comenzó a usar vestidos, pero dejó de ponérselos por un tiempo porque recibía burlas y agresiones de sus compañeros. Durante su juventud se mudó a Nueva York y se convirtió en Drag Queen, pero como no tenía dinero, utilizaba prendas y accesorios que encontraba en la calle o le donaban. Fue a partir de ese momento cuando empezó a hacerse llamar Marsha P. Johnson.
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En una entrevista que brindó cuatro días antes de su muerte, Marsha aclaró qué significaba la P en su nombre: “Pay it no mind” (No te preocupes). “Me llaman Marsha ´Pay it no mind´ Johnson porque trato de pagar un montón de pequeñas cosas que me pasan en la vida, absolutamente sin importarme”. Además, ese mismo día, aseguró que fue arrestada muchas veces por prostitución y que la policía la trataba como si fuera, en sus palabras, la mayor asesina del mundo.
En 1970, junto con su amiga Sylvia Rivera, mujer trans, también veterana de Stonewall y del movimiento de liberación LGBT, fundaron STAR (Street Transvestite Action Revolutionaries - Travestis Callejeras de Acción Revolucionaria) un espacio para aquellas personas de la comunidad que no tenían techo o acceso a comida ni ropa. Ambas financiaban la organización con dinero de sus propios bolsillos que obtenían de la prostitución.
“Ella y yo éramos liberadoras. La gente de la calle y las Drag Queens eran la vanguardia del movimiento. Íbamos al frente y luchábamos con la policía. No nos importaba que nos golpearan en la cabeza”, contó Sylvia en un video de 1994. Pero, a pesar de encabezar la lucha por los derechos LGBT, las Drag Queens eran negadas y se sentían dejadas de lado por la propia comunidad en aquellos primeros pasos de revolución. “Si no fuera por una Drag Queen, no habría movimiento de liberación”, dijo Rivera, quien durante años luchó por los derechos de las minorías. De hecho, Marsha se había manifestado al respecto: “En 1973, nos dijeron a Sylvia Rivera y a mí que podíamos liderar la Marcha del Orgullo Gay, los travestis al frente de la marcha. Cariño, las gallinas pusieron a todas las Drag Queens escondidas atrás. Eso no estuvo bien. No les importa si estabas al inicio del movimiento gay manifestando travestida con ellos”, aseguró.
A lo largo de su recorrido, también fue fotografiada por Andy Warhol y sus retratos se convirtieron en obras de la colección Ladies and Gentleman en 1975. El artista plástico les había tomado fotos a mujeres trans y Drag Queens afroamericanas y latinas en Nueva York.
A fines de los ochenta, se unió a ACT UP, una organización que buscaba concientizar sobre el sida y defender a las víctimas de esta enfermedad, proponiendo leyes y acciones que favorecieran a quienes la padecían. En la última entrevista que brindó, Marsha declaró que era VIH positivo desde hacía dos años.
Finalmente, luego de luchar durante años por los derechos LGBT, el 6 de julio de 1992 la encontraron muerta, a los 46 años, en el Río Hudson, en el muelle de la calle Christopher, a pocas cuadras de Stonewall. Aunque la principal causa de su muerte fue por ahogamiento y la policía aseguraba que se trató de un suicidio, no se descarta un posible homicidio. Incluso la comunidad dudó desde el primer momento que Marsha se hubiera quitado la vida, y realizaron una marcha sobre la calle Christopher para exigir justicia. Denunciaron crimen de odio.
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Los documentales que registran la vida, la lucha por los derechos LGBT y la muerte de Marsha
Pay It No Mind, el documental dirigido por Michael Kasino y Richard Morrison, se estrenó en 2012. A través de los testimonio de amigos de Marsha y de la última entrevista que realizó días previos a su muerte, se reconstruye su paso por la vida y el camino que transitó como activista y referente de la comunidad LGBT.
Por otro lado, en 2017, Netflix estrenó La muerte y la vida de Marsha P. Johnson, dirigido por su amigo David France. El film, que se centra en la investigación de Victoria Cruz, activista y miembro, en aquel entonces, del Proyecto Antiviolencia LGBT de Nueva York, sobre la muerte de Marsha, también detalla el recorrido de Sylvia Rivera.