El MET intenta sanar las sangrantes heridas de EE.UU. celebrando su diversidad
La gala del MET (el Instituto del Traje del Museo Metropolitano de Arte) se lleva todo el protagonismo, pero no hay que olvidar lo importante: La exposición. El museo ya tiene preparadas las salas y en ellas se muestran, con orgullo, las prendas que conforman la primera exposición que se hace tras la pandemia. Se titula 'En America: Un léxico de la moda' y con ella Estados Unidos se mira el ombligo y se cura algunas heridas. "Normalmente, cuando la gente describe la moda americana, suele referirse a los principios de la ropa deportiva de diseño: simplicidad, practicidad y funcionalidad. Y el lenguaje más emocional suele reservarse para la moda europea, en particular, la alta costura. Así que queremos corregir ese desequilibrio y crear una especie de léxico moderno basado en valores, emociones y sentimientos".
Bucear en su pasado
Habla Andrew Bolton, comisario de la muestra del MET que este año, además, celebra el 75º aniversario del instituto. "El tema de este año refleja su misión inicial, que es celebrar la moda estadounidense. La exposición no es como las anteriores, o sí. Ahora, con las tragedias que ha provocado la pandemia en EE.UU., se apela a la memoria, a los sentimientos, al corazón. El MET, que suele mirar a Europa, mira ahora en sus entrañas, y apela a las emociones de los norteamericanos. Y lo hace para tender puentes con el pasado, dar la mano a las minorías de aplastadas y desplazadas (aunque saqueadas culturalmente expropiando sus tradiciones y cultura), apoyar a los colectivos menos favorecidos, celebrar la diversidad, amar lo diferente. "La idea es crear un nuevo vocabulario en torno a la moda americana, que sea más emocional".
La colcha de patchwork
El montaje ocupa dos plantas, que acogen solo diseños de creadores estadounidenses, y muestra diferentes expresiones de eso que llamamos 'americanadas'. Y hay una clara intencionalidad en las prendas y diseñadores escogidos, ya que la inspiración ha sido una cita del discurso del activista político estadounidense Jesse Jackson en la Convención Nacional Demócrata de 1984. "Hay una colcha de patchwork que es una metáfora de América. Cada prenda, como se ve aquí, tiene su parche propio y a la vez forma parte de una colcha más grande. Y todos tienen su propio discurso", dice Bolton, ¿Se acuerdan de la película How to Make an American Quilt con Winona Ryder?
Pero hay más en esta exposición, y vemos esos 'códigos de la cultura americana' de los que Europa primero ser reía y ahora copia: el look retro de los concursos de belleza, el estilo 'Primera Dama', el glamur de Hollywood, la fiebre disco, la influencia de los astros de la música, desde Madonna a Michael Jackson, la cultura afroamericana, el poder de los astros del deporte, el rap y la televisión. Y, por supuesto, la crítica al 'sueño americano', aunque tamizada con dosis de humor.
Nueva York quiere volver a brillar
Los organizadores quieren remarcar esa idea del discurso propio, y por eso ha llamado a los diseñadores más jóvenes. Ellos viven y exprimen el presente a la vez que, sin darse, cuenta, escriben el futuro. "Ha sido una colaboración extraordinaria, muy inspiradora, sobre todo en el último año y medio, por la forma en que han respondido a la pandemia, por su creatividad y por la forma en que se muestran. Así que ha sido muy inspirador trabajar con ellos", dice Bolton. Esta exposición puede verse del 18 de septiembre hasta el 5 de septiembre de 2022 pero, como novedad, tiene una segunda parte, 'In America: An Anthology of Fashion', que se celebra del 5 de mayo de 2022 hasta el 5 de septiembre de 2022. La segunda muestra explorará el desarrollo de la moda estadounidense presentando narrativas que están relacionadas con las historias complejas de esos espacios.
Un nuevo estilo
La moda americana tuvo un enorme peso en los años 80 y 90. Donna Karan y Calvin Klein redefinieron los armarios de sus paisanos, desterrando el mal gusto y abriendo un nuevo camino en el vestir: introduciendo códigos de la ropa deportiva y relajando el glamur europeo que firmaban los creadores de París y Milán. Narciso Rodríguez y Carolina Herrera aportaron ese toque chic al estilo Manhattan, restando y apostando por el menos es más. Ninguno miró a la historia de América en busca de inspiración, porque siempre miraron por encima del hombro a los indios, a los inmigrantes latinoamericanos, a los latinos, a los orientales, a los africanos... Hasta el siglo XXI, y fue entones cuando las nuevas generaciones sí bucearon en los libros de historia, y se les acusó de apropiación cultural. Quizá porque no hubo respeto, solo prepotencia.
La gala gala y la expo del MET ponen el broche a la Semana de la Moda de Nueva York, que también ha celebrado su diversidad. Aunque, algunos hablan de postureo. Tom Ford y su vibrante colección urbana, nocturna y sosfisticada no bebe de las raíces de Estados Unidos, ni de su riqueza cultural. Bebe, y mucho, de la música disco, del Studio 54, de la estética deportiva.... que, por otro lado, es un guiño diferente a la otra historia de Estados Unidos. Un país que cada vez es menos poderoso e influyente, dentro y fuera de los armarios.