Mejores opciones de financiamiento educativo - Grupo Milenio
En México, la matrícula universitaria anual ha rondado los 4.5 millones de estudiantes en el último lustro, apenas 40% de la demanda, pues esa es la capacidad de captación del sistema de educación superior pública en el país, según datos de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En este sentido, aunque las instituciones públicas amplían sus plazas año con año, con la meta de captar 45% de la demanda para 2025 —y alcanzar así la media de los países de la OCDE—, la demanda siempre será mayor y por ello es necesario buscar opciones viables para acceder a la educación en instituciones privadas.
Mucho de este acceso depende de una buena planeación y manejo de las finanzas familiares. Existen muchos caminos para llegar a Roma. Un seguro educativo, una beca o un crédito estudiantil son las alternativas a considerar, y la conveniencia de cada una está ligada a la situación familiar.
Nonantzin Martínez y el padre de su hijo no se quisieron arriesgar y, desde que el niño tenía un mes de nacido, decidieron adquirir un seguro educativo. Gracias a esta previsión financiera, la suerte del pequeño de 8 años será distinta a la de los 221,520 jóvenes que durante 2020 no concluyeron su universidad, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), publicadas en marzo pasado en su encuesta para la Medición del Impacto covid-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020.
Entre otros datos destacables de la encuesta, 8% dijo que dejó sus estudios por falta de dinero o recursos económicos y 17% que debió ponerse a trabajar para apoyar a su familia durante la emergencia. Para el ciclo escolar 2020-2021, las cifras tampoco fueron alentadoras. El Inegi señaló que 1.4 millones de jóvenes (entre 19 y 24 años) no se inscribieron a la educación superior por falta de recursos y 973,000 jóvenes (entre 25 y 29 años) pospusieron sus estudios de posgrado por la misma razón.
Anualmente, Nonantzin y su pareja pagan unos 60,000 pesos de prima por el seguro y al cumplir 18 años su hijo recibirá poco más de un millón de pesos. Él decidirá si quiere utilizarlo para estudiar o emprender, pues los fondos —aunque de base tienen una finalidad educativa—, no condicionan su uso. Eloy López, director de Previsión Financiera, explica que dentro del ramo de vida, los seguros educativos son los terceros más solicitados en México.
La oferta en el mercado es amplia, las principales aseguradoras, como GNP, Mapfre, Allianz, Metlife y Monterrey —que es el que contrató Nonatzin— cuentan con un producto de este tipo. “El objetivo de estos instrumentos es garantizar que el hijo estudie, viva o muera el papá o la mamá”, explicó López. En este producto financiero, las primas dependen del monto que desees ahorrar.
“Contrata algo que puedas pagar igual hoy que en el largo plazo. Lo ideal para la contratación de este seguro es hacerlo cuando tu hijo tiene menos de 3 años y a un plazo de pagos limitados entre 5 y máximo 10 años”, recomienda López.
Aprovecha tu potencial
Carlos Esparza es el segundo de cuatro hermanos. Estudió la licenciatura en Comunicación y Medios Digitales en el Tecnológico de Monterrey, campus Querétaro, con una beca de excelencia de 90%. Sus padres y él pagaron al mes poco más de 5,000 pesos de colegiatura por cuatro años y medio. Para conservar la beca, el compromiso de Carlos fue mantener un promedio arriba de 9, y posteriormente tomar diplomados, clases extracurriculares, culturales y deportivas, para enriquecer su formación. “La beca fue un alivio económico para mi familia. Si bien mi papá tenía un buen trabajo, los gastos con cuatro hijos eran muy fuertes, por lo que mi hermano mayor y yo buscamos entrar a universidades privadas con beca. Eso me permitió, en el mediano plazo, ir de intercambio estudiantil a una universidad de las más prestigiosas en Australia por seis meses”, comenta el joven de 28 años.
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Hoy Carlos estudia la maestría en Humanidades Digitales en su alma máter, con una beca de 45%. Para otorgar becas, las universidades buscan a jóvenes que hayan tenido un promedio sobresaliente en secundaria y preparatoria, o un perfil destacado en el desempeño de alguna actividad cultural, científica o deportiva.
“De ahí la importancia de que el alumno vaya preparando un currículum atractivo durante los tres años previos a entrar a la universidad, en el que mencione si es bueno en algún deporte, tocando algún instrumento, si pertenece a una organización civil que hace labor social o su rendimiento académico es alto”, sugiere Ivonne Vargas, integrante adscrita al Centro de Estudios de Empleo Formal y autora del libro ¡Contrátame! El Tec de Monterrey y la Universidad Iberoaméricana ofrecen becas hasta de 100% para la población vulnerable.
Por su parte, la Universidad del Valle de México contempla becas culturales y deportivas, por mencionar algunos ejemplos.
Desde hace más de 15 años, Santander Universidades es otra opción que fortalece la educación superior. En México ha otorgado más de 110,000 becas de distintos tipos; este año ya colocaron 25,000 becas digitales a fondo perdido a través de 25 convocatorias.
“Nos hemos enfocado en becas que ayuden a la empleabilidad de los jóvenes, que les den habilidades tanto blandas como técnicas para poder integrarse al mercado laboral, y esto responde directamente a la contingencia en la que estamos”, explica Salomón Amkie, Director de Relaciones Institucionales de Santander Universidades y Universia México.
Comprometido con tu futuro
Si tu hijo y tú han decidido que estudiará en una universidad privada, Ivonne Vargas recomienda que, al menos un año antes de entrar a la carrera, revises el costo del programa y las opciones de financiamiento que existen. Además de cada universidad, hay otras instituciones que pueden otorgarte un préstamo con fines educativos, como las sociedades financieras de objeto múltiple (Sofomes) FINAE y su programa Ennti; Financiera Educativa de México (FINEM), y Laudex. En caso de que tu hijo quiera cursar una maestría en el extranjero, revisa las opciones que ofrece la Fundación Mexicana para la Educación, la Tecnología y la Ciencia (Funed), que otorga alrededor de 30,000 dólares de apoyo para ese fin (10% beca y 90% crédito).
Esta fundación busca que con el repago se financie al siguiente estudiante. Su esquema brinda 6 meses de gracia, antes de que el estudiante comience a pagar el préstamo, para lo que cuenta con un plazo total de 5 años.
“Lo ideal es que esos mexicanos que se van a estudiar al extranjero vuelvan y lideren las empresas del país. Nos interesa que aprendan de los grandes y regresen a desarrollarse acá”, explica Aura Tellaeche, encargada de Estrategia y Comités de Consejo en Funed.
Este tipo de instituciones solicitan un aval solidario, es decir, un familiar que deje como garantía su propiedad y compruebe ingresos constantes, él será quien responda en caso de que el alumno no pueda pagar el crédito en tiempo y forma. Ivonne Vargas asegura —basada en cifras de las Sofomes antes citadas— que en México el uso de crédito con fines uni- versitarios está subutilizado, pues apenas alcanza entre el 1 y 2% del volumen de mercado que tiene México.
En otras economías, como la de Estados Unidos y Europa, el porcentaje de penetración llega a ser hasta de 50% . Ahora que ya conoces las opciones que existen para estudiar tu licenciatura o un posgrado, explóralas y compara.
En caso de necesitar un crédito, investiga cuál es el plazo, la tasa de interés, el Costo Anual Total, las comisiones, si se pueden ade- lantar pagos, si hay un periodo de gracia y cuál es el esquema de pagos.
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