Las prendas de punto volverán a ser tendencia el próximo invierno (y este será su manual de uso)
Por Sara Hernando
Tres son las tendencias globales que definen la próxima temporada de otoño-invierno 2021/2022 según la web especializada Tagwalk: el optimismo, los juegos de género y la protección. A este último grupo pertenecen las mascarillas (11 diseñadores las incluyeron en sus desfiles siendo Rick Owens el único que las colocó en todos los modelos), los bergudos (el incremento respecto a la temporada de otoño-invierno 2020/2021 ha sido de nada menos que de un 155%. Los de Miu Miu te reconcilian de hecho con esta prenda de la infancia) y los monos ajustados a lo catwoman, a los que recurren 27 firmas como Prada, Givenchy o Marine Serre. De cobijo y de resguardo también saben mucho las prendas tejidas en lana, esas mismas que nos acompañaron durante los confinamientos del año pasado (en la temporada de o/i 20-21 se convirtieron en las reinas de la pasarela) y, por supuesto, durante gran parte de la historia de la humanidad.
Pocas cosas han cambiado desde entonces, a parte de la creciente preocupación por el bienestar animal y la sostenibilidad (el 80% del cachemir de la colección de Chloé, la primera diseñada por Gabriela Hearst, proceden de fibras recicladas, mientras que en Salvatore Ferragamo el tejido jersey está fabricado con materiales reciclados provenientes de botellas de plástico). La lana continúa siendo una apuesta ganadora, temporada tras temporada, incluso en las estivales, y un básico presente en los armarios de medio mundo, tanto femeninos como masculinos. Y no hay nada que les guste más a firmas y diseñadores como la palabra básico, porque donde tú ves una prenda que te saca de cualquier aprieto ellos ven dólares, un lugar seguro a donde volver cada vez que aprieta la crisis. Así que el destino estaba escrito, no había duda de que las colecciones para el próximo invierno lucirían jerséis tricotados a mano (así matan dos pájaros de un trío, poniendo en valor a la artesanía ya a las labores manuales que apelan a la tradición), ponchos confeccionados con la técnica del patchwork y vestidos de punto (poco más necesitan para un estilismo perfecto). Aquí va un breve resumen de las nuevas (y no tan nuevas) tendencias en cuanto a prendas de lana, y su manual de uso correspondiente.
Coordinadas con accesorios
Para los más perezosos y para los creadores del ‘no sé qué ponerme’ la nueva temporada invernal ha encontrado la solución perfecta. Más bien lo ha hecho Gabriela Hearst, en la que supone su primera colección para Chloé, después de que en diciembre del pasado año fuera nombrada directora creativa de la icónica casa francesa, en sustitución de Natacha Ramsay-Levi. Dos looks, uno en tonalidades beis y marrones y otro más colorista, en rojos, azules y naranjas, tienen la respuesta a todos los dolores de cabeza que resultan de la combinación de prendas que cuelgan de nuestros armarios. Y es que sendos vestidos de punto largos y cuello redondo se coordinan con unos bolsos grandes y cruzados, tipo bandoleras, tricotados con el mismo material, al igual que unas confortables sandalias planas con suela de borrego. La inversión no será pequeña pero, ¿cuánto cuesta la tranquilidad de saber que no te equivocarás con un estilismo? En su favor tengo que añadir que tanto los bolsos como las sandalias encajan con infinidad de prendas, desde vaqueros a vestidos lenceros o trajes de cuero.
En forma de crop top
Otro estreno en las colecciones de prêt-à-porter fue el protagonizado por Kim Jones, de la mano de Fendi. El británico, también director creativo de la línea masculina de Dior (ambos pertenecen al grupo LVMH), sustituía al fallecido Karl Lagerfeld, al frente de la casa italiana durante más de medio siglo (récord en la industria de la moda) y, aunque su debut se había producido un par de meses antes en la pasarela de alta costura, la nueva propuesta de ready to wear refleja sus intenciones para con la emblemática firma. “Quería construir un armario para las mujeres de hoy, con el ADN de Fendi, tal como yo lo entiendo”, comentaba por videollamada momentos antes de su debut digital. Y como él lo entiende, el armario de la población femenina está lleno de crop tops. También en invierno. Así que mejor si estos son de lana (nadie se olvida del modelo de Khaite que nos proporcionó uno de los momentos de moda más emocionantes en 2019 de la mano de Katie Holmes), de canalé, y a juego con una falda de tubo. Las medias con el logo de Fendi, aquel de la doble F que diseñara Karl Lagerfeld, siempre suman.
Vuelve el poncho
Prenda típica de la cultura sudamericana, el poncho regresa a la pasarela no solo de la mano de Gabriela Hearst –“Crecí en un rancho, rodeada de caballos, vacas y ovejas”, explicaba la diseñadora uruguaya en la páginas de Vogue España–, que lo introduce tanto en la colección de Chloé como en la suya propia (su diseño realizado con la técnica del patchwork y en vivos colores acaparó todos los focos en la semana de la moda de Nueva York), sino también de otras firmas, como Alberta Ferretti o Raf Simons. Esta prenda todoterreno, confeccionada en lana, se puede combinar tanto con pantalones de campana (emulando así a las it girls de los años 70 y su estilo bohemio) como con trajes sastre, vaqueros o incluso leggings.
El jersey tricotado de tu infancia
La nostalgia de los años felices, cuando nuestra única preocupación era saber cuando bajamos a jugar a la calle o quién iba a ser tu compañero de pupitre, es poderosa. Tanto que la pasarela ha recuperado los jerséis tricotados de nuestra infancia, con grecas, ochos y hasta purpurina (el mejor ejemplo es el diseño rosa chicle de Chanel), concediendo además una libertad inusitada para combinarlos, fruto de la nueva corriente individualista que recorre la industria de la moda. Como prueba las colecciones de Miu Miu, Chanel, Stella MacCartney, Raf Simons y, sobre todo, de Paco Rabanne, en la que Julien Dossena apuesta por una estética extravagante, gracias a unas combinaciones inverosímiles –“la excentricidad adopta diferentes identidades femeninas”, afirmaba el creador francés tras la presentación–, como las de este look de jersey tricotado gris, camisa de cuellos grandes, falda estampada, cinturón naranja, guantes de piel y pendientes de cristales. La moda convertida en un juego de niños.
Lila de los pies a la cabeza
El lila (perteneciente a la gama de violetas es similar al lavanda y al malva), color de la temporada a tenor de las colecciones de Miu Miu, Chanel, Balmain y Givenchy, también tiene su lugar asegurado en la sección de lana de esta temporada gracias a Altuzarra. “Confort, pero con un punto de moda”. Así definía el diseñador francés su colección de otoño/invierno 21-22, donde se encuentra este look, compuesto de top, de manga larga y hombros desnudos, y falda larga de canalé, al que se suma un fabuloso gorro tricotado de punto grueso (ojalá un poquito del grunge de Marc Jacobs pronto sobre la pasarela) y un bolso XXL, esta vez de piel. Una propuesta ajustada a los tiempos que corren (luce igual de fabulosa tanto en el calor de nuestros hogares como en la oficina o en la calle) que, sumada al lila, aumenta exponencialmente nuestras ganas de comprar.
Vestido de punto (transparente)
El confort de lana y de los vestidos largos en una misma prenda. Firmas y diseñadores, conocedores del atractivo que despierta esta combinación, han multiplicado su presencia en las colecciones para este invierno, donde encontramos declinaciones para todos los gustos. Así, atisbamos vestidos de punto en Proenza Schouler (grueso y con escote pronunciado), Missoni (con rayas de colores), Ulla Johnson (en tonalidades tierra), Gabriela Hearst (de canalé ancho y combinado con pantalones de piel) y Miu Miu. En este caso, Miuccia Prada, en una de las propuestas más sobresalientes de la temporada, ha optado por un diseño de cachemir transparente, cuyo atractivo se encuentra en gran medida en el estilismo: medias y mitones de lana grises, guantes y bolso de borrego rizado y berdugo confeccionado en angora. El contrapunto a tanta lana lo ponen unas botas de plataforma con hebilla de cristales XXL y un collar plateado de monedas. Porque como explicó la propia Miuccia en una rueda de prensa posterior, “esta colección versa sobre un deseo de esconderse y vestirse para la fiesta al mismo tiempo. Son prendas atrevidas pero ponibles”.
Con mangas extra largas
Aunque hasta que no se presentó la colección de Raf Simons no me había percatado, las mangas extra largas son multitud esta temporada otoño/invierno 21-22. A ellas (no sé cómo vamos a hacer para superar una comida en un restaurante sin perder la dignidad) recurren desde Stella McCartney (en chaquetas de chándal y americanas de cuadros) a AWAKE (en vestidos plisados), Balmain (en jerséis plateados o de rayas marineras) y Givenchy (en una espectacular chaqueta de visón beis). Pero el premio en esta categoría se lo lleva el creador belga, cuyo gusto por el oversize se ve reflejado en jerséis de lana XXL con mangas infinitas. Cierto es que las piezas de joyería con forma de mano nos pueden ayudar a recoger metros de lana y sobrevivir a las vicisitudes de la vida vestidos con esta prenda fabulosa. Lo que sí queda claro es que responde como pocas otras a ese instinto de protección que esta temporada busca la moda.
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