Salón Erótico de Barcelona: porno en vivo y educación sexual de calidad
Cualquier excusa es buena para pasar unos días en Barcelona, y el Salón Erótico que se organiza anualmente en la ciudad, fue mi último motivo para acercarme a uno de mis lugares favoritos.
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Nunca había acudido anteriormente al Salón, pero todos nos hacemos una idea, aproximadamente, de lo que allí vamos a encontrar: sexo, sexo y más sexo.
Quizás yo, que soy aún más exagerada, lo esperaba todavía más tróspido: con condones usados por el suelo, gente manteniendo encuentros en los baños… Una especie de orgía gigante en el Pabellón del Vall d’Hebron.
Pero claro, una cosa es la película porno que me había montado en mi cabeza y otra muy diferente la realidad, justo como pasa con la ficción que se ve en esas películas y lo que sucede en el sexo realmente, que son como el día y la noche.
En el Salón Erótico de Barcelona hay sexo en directo, claro. Las actuaciones se sitúan cada pocos minutos en los diferentes escenarios y stands de expositores con una velocidad en la que cada pocos metros encuentras a un puñado de curiosos grabando con las cámaras lo que allí sucede.
Porque aunque todos somos un poco voyeurs y nos paramos para ver el intercambio sexual que tiene lugar encima del escenario, te cruzas con un tipo de asistente al Salón que ha venido exclusivamente para ello. Hombres de una edad entre los 40 y los 60 años que solo te encontrarás rondando los shows.
Y si bien es el público mayoritario, no es, para mí, el más relevante. El rompedor vídeo de presentación del Salón ha atraído a un nuevo público con el que me he sentido más identificada.
Gente joven, en pareja o por su cuenta que llenan y colapsan las charlas y talleres de educación sexual que tienen lugar desde que abre la feria hasta que cierra sus puertas.
Es aquí donde realmente siento que el Salón ha prometido su premisa del vídeo viendo que las sillas se convierten en el elemento más cotizado pero que incluso a falta de ellas, la gente se queda de pie o sentada por el suelo no dejando ni un solo centímetro libre.
¿El motivo? Simplemente son demasiado interesantes como para perdérselas.
De esta manera acudo a un tuppersex, a una charla acerca de dolores menstruales y orgasmos, a una ponencia sobre el hombre multiorgásmico, la eyaculación femenina, el fortalecimiento del suelo pélvico e incluso a un taller de iniciación al BDSM.
Tanto yo como la mayoría de los que se quedaron fuera de las charlas por motivos de aforo, pedimos a los que se encontraban controlando el número de asistentes que el año que viene ampliaran el espacio para que de esta manera pudiera acudir más gente a ellas.
Este público del Salón es ávido, no tanto de sexo en directo y pornográfico en el que se ve lo de siempre y a lo que estamos acostumbrados, sino de sexo real, del que podemos aprender y aplicar en nuestra vida diaria, del que pueda mejorar nuestra intimidad.
Ya lo decía el vídeo del SEB 2018, nos han enseñado que el sexo es porno, y si bien el Salón cuenta con porno, del ‘de siempre’ que aparece en los vídeos X, su objetivo de este año era transformarse para acercarnos a otra sexualidad más igualitaria.
Es por eso también que, al lado de la, por lo que me contaron, clásica área swinger, se encontraban artistas feministas, expositores acerca de sexo consentido o incluso un stand que explicaba las diferentes expresiones de género.
El objetivo de volver el sexo más consciente, diverso y representativo ha contado con algunas vicisitudes. Sin embargo, ha sido un punto de partida para la que, ojalá, sea la nueva dirección del Salón Erótico de Barcelona. Una cita para disfrutar, subir la temperatura y para, al mismo tiempo, instruir a una sociedad que tan necesitada se encuentra de educación sexual de calidad.
Duquesa Doslabios.
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