Si te respetas a ti mismo, duerme con pijama | GQ España LargeChevron Menu Close Facebook Instagram Twitter YouTube Facebook Twitter Pinterest Facebook Instagram Twitter YouTube LargeChevron
El pijama aporta estabilidad a la vida. El que duerme en pijama afronta un tercio de su día como debe ser. Ponérselo es un pequeño ritual que denota respeto por un descanso en condiciones e interés en el aspecto personal. Un tío que duerme con pijama amanece listo para dar cuenta de un buen desayuno. Un tío que duerme con pijama puede levantarse en mitad de la noche en invierno y estar perfectamente abrigado (nada de ir de puntillas por la casa, aturdido de frío). Un tío que duerme con pijama (con un buen pijama) puede salir de su edificio en mitad de la noche porque hay un incendio y hacer declaraciones a la televisión. Un tío que duerme en pijama es un dios.
La cama además es un espacio de comodidad y descanso, pero también uno de los lugares menos higiénicos de la casa. A diario perdemos varios gramos de piel. Veinte kilos a lo largo de la vida. La capa externa de la epidermis se renueva cada 2 ó 4 semanas. De nuestra piel se desprenden a diario millones de células muertas que van a parar a la sábana (si el pijama no lo remedia). No digamos ya si en la cama se come o se tienen relaciones sexuales. Un lecho donde yacemos desnudos durante horas es un auténtico cementerio de canelones. ¿Por qué si no crees que acostarse en una cama recién hecha con sábanas limpias es tan indescriptiblemente placentero? La cama es una guarrada, si lo piensas bien. El hábitat ideal para gérmenes y bacterias. El pijama funciona como barrera contra los gérmenes que habitan en ella.
Por supuesto, hay una serie de condiciones de la “Cultura Pijama” que uno deberá tener en cuenta. Aquí tienes una lista de mandamientos GQ para el pijamero :
– Lávalo una vez a la semana (al menos). Se trata una prenda destinada a molar, no una mortaja.
– Nada de salir a comprar churros o a desayunar en pijama (en algunos bares de España ha habido que prohibir la entrada de pijameros al estilo Paul Gascoigne). Es tentador PERO NO.
– Si vas a dormir fuera, lleva siempre contigo pijama. Si tienes una cita romántica con expectativas de coito, NO SIN TU PIJAMA. Conozco el caso de alguien que, ya en su segunda cita se presentó con una mochila con su pijama y un cepillo de dientes. La cosa acabó bien. La cosa acabó muy bien, de hecho. Tu relación con tu pijama ha de parecerse a la de Charlton Heston con su rifle: que sólo te lo arrebaten de tus frías manos muertas.
– Si vas a prescindir de una parte del pijama, que sea la de arriba. Pantalones y torso descubierto, vale.
–Si le dejas tu pijama a ella, exactamente al revés: parte de arriba y piernas desnudas.
We are trying to decide what to cook today, I am thinking something with 🍤 shrimp. I have special noodles with teri… https://t.co/w2P18efYVm
— Mariska Dzerzhinskiy Sun Mar 14 21:14:18 +0000 2021
–Si lo piensas, el pijama es como el postre: se puede compartir entre dos.
– Es la única prenda en la que se pueden combinar cuadros en las partes superior e inferior. Otra ventaja a favor del pijama. Nos encantan los cuadros. Nunca son bastantes.
– Ten un par (mínimo) de pijamas para uso regular, y otro más aparente o de mejor calidad para ocasiones especiales : matches de Tinder, visita del sacerdote para darte el viático o reuniones de la escalera de vecinos. Un pijama caro es siempre una buena inversión.
– Nada de iniciales bordadas. Es una horterada propia de aristócratas rancios.
El pijama es cultura. El pijama es vida. Se acabó dormir como un ternero en un establo. Incluso nos atrevemos a sugerir que uno debería ponerse el pijama según entra por la puerta de casa. Pero ese es otro tema.
Te puede interesar:
Cuántos pijamas necesita un hombre de verdad
Si estás durmiendo con calzoncillos (y sin calcetines) lo estás haciendo todo mal