Estas son las tradiciones, los rituales y las costumbres de los países hispanos para dar la bienvenida al Año Nuevo
En muchas ocasiones (por no decir en la gran mayoría), la conexión cultural entre los países hispanos es más que evidente... y muchos de los rituales que podemos encontrar en un país para dar la bienvenida al nuevo año, se repetirán igualmente en el resto de los países... o al menos se repetirán de una forma bastante parecida. Por ejemplo, lo de comer las doce uvas es un ritual que hacemos casi todos los países hispanos, desde Filipinas hasta España... pasando por Guatemala, Chile, Perú, Argentina, (...).
En realidad, el único país hispano que se sale de la norma es Guinea Ecuatorial, donde no existe esta tradición (quizás porque conseguir uvas en la costa atlántica africana no es precisamente sencillo). Sin embargo, con el tiempo, muchos guineo ecuatorianos que residen en España han empezado a llevar esta costumbre a su país natal.
Eso sí, en algunos países, la tradición de comer las 12 uvas en representación de los doce meses del año próximo, se hace de una manera particular. Por ejemplo, en Perú o en México o en Venezuela lo hacen con la ropa interior de color amarillo, mientras que en España lo hacemos con ropa interior roja, y mientras tanto, en Argentina lo hacen con una camisa rosa... o en Filipinas donde lo hacen con vestidos de lunares... que es visto como un símbolo de prosperidad y abundancia.
La pirotecnia también suele ser una parte esencial en las celebraciones de la Nochevieja (esto es algo que compartimos con casi todos los países del mundo). Sin embargo, algunas ciudades como Valparaíso (Chile) lo llevan al siguiente nivel, y personas de todo el país se acercan a la ciudad para poder ver en primera línea el majestuoso espectáculo de fuegos artificiales.
Además de las uvas y los fuegos artificiales, casi todos los países también comparten algunas tradiciones que son dignas de ser tenidas en cuenta. Por ejemplo, en algunos países como en Argentina o en Chile hay quién enciende velas de diferentes colores para agradecer las cosas buenas que ocurrieron durante el año pasado y para pedir por otras igualmente buenas para el año entrante. Es una tradición que también se puede ver en España... pero es algo muy residual.
Los colombianos, los mexicanos, los venezolanos o los chilenos también tienen la costumbre de salir a caminar por su barrio cargados con una maleta vacía. Con este ritual, piden al año nuevo que venga cargado de viajes y aventuras. En algunas regiones del Continente también tienen la costumbre de barrer la casa hacia afuera, para sacar de su hogar todas las malas energías.
Algo que ocurre específicamente en los países del Caribe, como Costa Rica, Nicaragua o Puerto Rico, es una cosa que -lógicamente- no se le podría pedir a un hispano de la Patagonia o del Cantábrico: celebran la salida del año dándose un chapuzón en el mar. Con esta tradición se quitan las malas energías que se han acumulado durante el año anterior y se enfrentan limpios al nuevo año... tanto por dentro, como por fuera. Esto es algo que también llevan a rajatabla nuestros hermanos africanos de Guinea Ecuatorial, por cierto.
En algunas regiones de Puerto Rico está costumbre se lleva aún más lejos... y procuran dejarse caer de espaldas en el mar justo cuando el reloj marca las 00:00 horas... es la forma perfecta para dar la bienvenida al año nuevo con las pilas bien cargadas.
En Puerto Rico y en Cuba también se cree que tirar un cubo de agua por la ventana en la noche del 31 de diciembre ahuyentará a los malos espíritus... que al parecer es una costumbre heredada de las religiones africanas. Otro ritual muy extendido -aunque con sus variaciones- es el de quemar todo lo malo. Algunas personas en México escriben en un papel todas las cosas negativas que les ha traído el año anterior y luego le prenden fuego.... de esta forma, pueden dejarlo todo atrás y comenzar el nuevo año “libres de equipajes”.
Algunas personas también fabrican un muñeco de trapo a tamaño natural y lo queman durante la noche. Esta tradición la podemos encontrar no solo en México, sino también en otros países como en Colombia, en Ecuador o en Perú... solo que en este último se aprovecha para ponerle cara al muñeco... que normalmente suele recordar a personajes poco queridos de la política o de la farándula. Son algo así como unas fallas a la peruana.
Varios países también tienen algunas tradiciones que son únicas y que no se repiten en ningún otro país de la esfera hispánica. Por ejemplo, en Filipinas se anima a los niños a saltar cuando dan las 12 campanadas, porque se cree que con esto crecerán altos y fuertes... o en Uruguay, donde también es típico tirar papeles y agua a los viandantes desde las oficinas.
Otro ritual muy interesante tiene lugar en México, y consiste en dejar dos o tres velas encendidas por la noche en un plato blanco con semillas de arroz, frijoles o lentejas, así como un poco de harina y canela en rama. Las velas deben quedarse encendidas durante toda la noche del 31 de diciembre y al día siguiente se entierra todo en el jardín, lo que traerá la abundancia y buena fortuna durante el año próximo.
En algunas zonas del Continente ponen un huevo debajo de la cama antes de dormir... y al despertarse lo abren para interpretar el dibujo que hace la yema. Lo mismo hacen en otros lugares con tres patatas, que también esconden bajo la cama: una de ellas debe estar pelada, otra medio pelada y otra con la piel intacta. Por la mañana extienden la mano y -sin mirar- cogen una de las tres. Y en función de cuál sea la patata que han elegido, podrán adivinar qué fortuna les deparará el año: si la patata que tienen en la mano está pelada, eso significará que estarán “pelados” durante el año... y si la patata conserva aún la piel, eso significará que será un buen año (al menos en lo que a dinero se refiere).
Como podrá comprobar el lector... hay muchas tradiciones, costumbres y rituales que se repiten casi indistintamente en cualquier país hispano. Sin embargo, hay una cosa en la que parece que nunca podremos ponernos de acuerdo: la comida. Si bien es cierto que en todos los países se le da una importancia capital a la cena familiar de Nochevieja (donde los dulces navideños siempre ocuparán un lugar central), se evidencia la diversidad más absoluta, en lo que a la tradición gastronómica se refiere.