Alexia Rivas y Marta López y su cara a cara en Supervivientes 2021: cómo el reality de Telecinco intenta usar el Merlos Place para crear la polémica más machista del año

El trío amoroso bautizado como Merlos Place que tantas alegrías, polémicas (y audiencia) le dio a Telecinco durante el confinamiento por el coronavirus ha tenido un hijo inesperado en Supervivientes 2021. Intentando dar una vuelca de tuerca más a esta historia de infidelidad el reality de supervivencia ha reunido en el mismo punto del planeta a las dos protagonistas femeninas del drama Merlos (Marta López y Alexia Rivas) y está jugando con los tiempos para que el cara a cara final entre ellas se traduzca en una bronca de proporciones bíblicas. ¿Está jugando Telecinco a provocar una “pelea de gatas” (y por qué es esto es tan tremendamente machista)?

Por si alguien no se acuerda de lo que fue el Merlos Place aquí va la historia: el periodista Alfonso Merlos estaba muy ennoviado con la colaboradora televisiva Marta López cuando llegó el confinamiento por el coronavirus a España. Mientras aplaudíamos en los balcones a los sanitarios Merlos conectó en directo con un programa de televisión en una entrevista vía zoom y por detrás se paseó una mujer en ropa interior: la periodista Alexia Rivas. Ese paseíllo fue el principio de una narrativa plagada de tópicos machistas.

Mientras Marta López acabó presentándose ella misma en los programas de la cadena como “la cornuda de España” y Alexia Rivas acabó demandando a sus jefes de La fábrica de la tele por todo lo que se estaba diciendo de ella, Alfonso Merlos fue recibido en el programa de Ana Rosa con un “no sé cómo el pobre puede estar aquí”.

Nosotros sí. Repetir la vieja y manida historia de la mujer joven e intrigante, la mujer despechada y traicionada y el don Juan le sirvió a Telecinco para batir récords de audiencia en todos los programas de la cadena en los que aparecían por separado los integrantes del Melrose Place: las confesiones de Marta López en el Sábado Deluxe convirtieron a ese programa en el quinto más visto de su historia. Viva la vida, Socialité, el programa de ana Rosa, Ya es mediodía… todos los programas del Melrose Place aumentaron su cuota de pantalla. ¿Si funcionó entonces, por qué no iba a funcionar ahora?

Mientras Alfonso Merlos ha advertido vía burofax a Mediaset que demandará a quién mencione su nombre en Supervivientes, en el portal de Yotele aseguran que la idea original era volver a reunir a los tres en el reality hondureño. No ha podido ser con el periodista, pero sí con las integrantes femeninas del drama.

¿Y qué puede hacer una productora cuando su triángulo amoroso de libro se derrumba? Pues recurrir a otra de las narrativas más típicas, tópicas y machistas que existen: la de la pelea de gatas. Las mujeres son malas con las mujeres, las mujeres compiten con las mujeres, las mujeres se comparan con las mujeres… en el siglo XXI, en plena eclosión de la sororidad, Supervivientes llega dispuesto a explotar para la audiencia uno de los mitos más manidos de la retórica machista.

Todos tenemos claro en nuestra retina qué es una pelea de gatas: el Hollywood de los años dorados nos lo repetía película tras películas. Dos mujeres jóvenes, a poder ser atractivas, que se peleaban para entretener al público porque no se aguantaban, eran rivales (sobre todo en el amor). No parece casualidad que una de las primeras pelea de gatas que se rodaron en la historia del cine tuviera lugar en una película ambientada en una exótica isla del Pacífico (la película se llamaba Tabu).

Casualmente Supervivientes ha reunido en Honduras a dos mujeres jóvenes, guapas, seguramente en bikini y con una confrontación pendiente a las que está sometiendo a unas condiciones de supervivencia extremas y a las que va a hacer coincidir con el timing apropiado (si la salud de Alexia Rivas lo permite) para que tengan esa pelea que el público está esperando y que Telecinco necesita para asegurar su audiencia y perpetuar la idea de que las mujeres, si salen juntas en pantalla, o hablan de hombres o rivalizan entre ellas. Ciao sororidad, bienvenidas audiencias.