¿Es el fin definitivo del tanga?
Hagamos un breve repaso vital. Si sueles usar tanga a diario, ¿cuándo y por qué empezaste a hacerlo? Lo más probable es que tu respuesta sea alguna relacionada con que "con tanga no se marcaban las bragas" o "me resultaba más sexy y, en definitiva, me sentía y me siento más sexy".
Tu idilio con los tangas comenzaría con primeras impresiones que no estaban ligadas a la comodidad, pero terminaste haciéndote con ellos y hoy los llevas a menudo. ¿Es así?
Según un estudio realizado por Statista, a medida que pasa el tiempo, la mujer va dejando de utilizar tanga. Los 26 años es la edad donde se genera un punto de inflexión (decidimos no usarlo tan a diario) y a los 36, cuando vamos abandonando definitivamente esa opción en nuestro cajón. ¿Te sientes identificada con este análisis?
Pues bien, seguro que estos puntos los conoces, pero te animamos a repasar ciertas cuestiones con las que quizás te apetezca concienciarte. Más que nada porque, si las razones de ponerte un tanga radican en que no quieres que se marque tu ropa interior (¿en serio? ¿qué más da?) y sentirte más sexy (esto está en la mente, ¿no?), quizás no te compense.
This content is imported from {embed-name}. You may be able to find the same content in another format, or you may be able to find more information, at their web site.Las temidas infecciones
El material óptimo para que tu zona íntima esté seca, sana y protegida, "es el algodón –cuenta el ginecólogo Javier Cordero– y la cuestión es que la mayoría de tangas están fabricados con telas y otros tejidos elásticos que no son transpirables, y esto suele generar infecciones".
Entonces, aquí surgen dos cuestiones: la primera es que estos, por lo general, no suelen ser precisamente de algodón 100% y, por otra parte, "las bacterias que coexisten en tu ano pueden pasar a tu vagina a través de la cuerda trasera y provocarte una infección", comenta Cordero.
Si eres usuaria de tangas y no te ha pasado nunca, has tenido mucha suerte, y más durante periodos en los que tus defensas han estado más bajas debido a alguna enfermedad o un simple constipado. Con el uso de bragas (de algodón 100% –y sin costuras, para que palies tu necesidad de que no se marquen, si así lo deseas–) eliminarás esta posibilidad.
El desplazamiento/movimiento del tanga
Seamos sinceras: cuando nos ponemos un tanga, durante el día puede descolocarse con facilidad, ¡a veces le cuesta mantenerse en su sitio! Si el "engorro" ocasional de la ropa interior supone recolocarla por detrás, a veces el tanga es demasiado pequeño y hay que ajustar la parte de delante o colocar el inicio de la cuerda donde corresponde. Si esto es así, el roce o fricción de tus partes expuestas con la tela de tu ropa, como el vaquero, puede provocar irritaciones en la piel y, ¿qué necesidad tienes de pasar por eso...?
La búsqueda de la 'comodidad'
Aunque hayas terminado por no notarla, ¿de verdad te parece que un hilo/cuerda entre las nalgas es más cómodo que llevar una tela de algodón transpirable que te evite posibles infecciones? Interesante debate aquí: ¿qué es realmente la comodidad?
Si te has convencido y consideras que el auge del tanga ha de permanecer en 2004 (pese a que se empeña en volver, ¡y por fuera del pantalón!), hazte con unas buenas bragas de algodón y dales un uso adecuado. Nos referimos a lavarlas por separado del resto de la ropa o a utilizar diferentes para el día a día y para hacer deporte, por ejemplo (aquí te damos otros consejos).
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